Muy Buena
LA SANGRE POR LA SANGRE
Por Mariana Jaqueline Ramirez
Desde afuera de la sala se oye una música que invita a ingresar a los espectadores, está casi todo oscuro y se puede identificar sutilmente a dos mujeres que van y vienen por el espacio. Allí reina el encierro de las paredes negras, con una escenografía enmarcada por una pequeña mesa ratona y dos sillas ubicadas estratégicamente enfrentadas pero con una distancia razonable para separar los cuerpos de ambas mujeres.
Así empieza la nueva temporada de Casi un feliz encuentro, bajo la dirección de Alejandro Vizzotti, quien lleva a la escena porteña el texto dramático escrito por Griselda Gambaro en el 2007.
En el espacio escénico, dos hermanas en apariencia mayores se reúnen tras estar varios años sin verse. Laura (interpretada por Sonia Novello) se fue a vivir a Paris y Tona (encarnada por Claudia Mac Auliffe) siempre estuvo en Buenos Aires; el motivo que las vuelve a juntar es la muerte de los padres. Las hermanas dejan muchas dudas: ¿son jóvenes o viejas? ¿Cuál fue el conflicto de la distancia? ¿Son hermanas biológicas? En este caso, la relación de la sangre por la sangre no significa nada, sino más bien, una cosa insignificante que las une por destino en un lugar del mundo. Ellas plantean determinados conflictos y dudas sobre sus personas pero no pueden verbalizarlos para lograr una solución.
La distancia no hizo olvidar los malos recuerdos de Tona, quien por momentos se impone con modos cómicos e irónicos, aprovechando cada oportunidad que se le cruza para echar en cara todo lo que ha guardado contra su hermana. Pese a intentar ser buena anfitriona, termina irritando a su hermana recién llegada. Por su parte, Laura hace años ha decidido alejarse de su familia, de los problemas, irse de su país en busca de una mejor vida en Europa, pero no fue tan fácil para ella, pero pese a eso reconoce que al menos vive. El objetivo de su regreso es cerrar una parte de su historia pero evidentemente hay algo que la aqueja aún más que ese pasado. En escena se la ve condicionada por una tos que en principio parece ser algo pasajero pero termina siendo una constante que oculta algo que solo sabe ella.
El trabajo realizado por ambas actrices es excelente y muestra un responsable trabajo en equipo del que forma parte, sin lugar a dudas, el director Alejandro Vizzotti. Es que la dupla que la protagoniza conforma junto al director la compañía De Carencia Virtud, que desde el 2009 lleva adelante varios trabajos en conjunto, con esta obra y en otros proyectos.
Si bien los 50 minutos que dura la pieza en principio parecieran breves, son suficientes para lo que se quiere contar. El resultado final es muy sólido, intercalando las situaciones dramáticas que logran la risa pero a su vez la tensión en la escena.
Así pues, esta puesta es una buena opción que presenta el teatro independiente y seguramente le espera varias temporadas más en el campo teatral porteño.
Autoría: Griselda Gambaro Intérpretes: Claudia Mac Auliffe, Sonia Novello Vestuario: Merlina Molina Castaño Escenografía: Ariel Vaccaro Iluminación: Mariano Dobrysz Musicalización: ZYPCE Fotografía: Marco Riccobene Asistencia de dirección: Marco Riccobene Producción: Marco Riccobene Dirección: Alejandro Vizzotti Compañía: De Carencia Virtud Sala: ElKafka Espacio Teatral (Lambaré 866, CABA) – Sábados a las 19:00.